Nos complace compartirles esta entrevista que hemos realizado a la Revista Creativa Manifiesto, la cual viene resistiendo con mucha creatividad poética, rebeldía y sabor al poder estatal y la burocracia académica que se impone en Cuba.
¿Cómo nace la Revista Creativa Manifiesto?
Manifiesto nace en marzo de 2019 por las inquietudes creativas de un grupo de jóvenes de la Facultad de Filosofía de la Universidad de La Habana (UH) que notábamos la carencia de espacios donde realizar nuestros proyectos. Nuestra universidad, a pesar de su "nivel" y el aura de "libertad" que se le suele señalar, precisamente está vacía en espacios que promuevan y socialicen el arte y la cultura desde el propio estudiantado, limitándose a sostener eventos donde el control de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) sea efectivo —y entiéndase más bien, que el control lo ejerce la institución sobre esta organización.
Insatisfechos con esto, y con el ánimo de generar algo nuevo y con un sentido ampliamente autónomo, se nos ocurrió crear una revistica universitaria que fuese pretexto para muchas cosas más; un espacio desde donde podíamos llegar a muchas personas y acercarles las propuestas que se fuesen formando en la medida en que creciese nuestra comunidad.
Y a partir de ahí comenzó nuestra aventura, lanzamos la convocatoria y hasta aquí hemos llegado.
¿Cómo surge el nombre "Manifiesto"?
Pues primeramente tardamos bastante en ponerle el nombre, pues no somos muy buenos en eso -jajaja-
El nombre de Manifiesto al final salió pues abarca bastante lo que nos proponemos, en el sentido de que venimos a anunciar un nuevo hacer y que ello está reflejado en cada publicación y en cada acción que hagamos. Y a su vez, el nombre sirve de referencia a una manifestación, una manifestación de nuestras ideas e inquietudes. Sabíamos que todo esto iba a levantar inmediatamente sospecha, pero eso lo hace más divertido.
Hemos visto que han tenido varios eventos y fiestas (ManiFiestas). ¿Cómo ha sido para ustedes la experiencia de hacer estas actividades?
Acorde con nuestra intención de generar nuevos espacios, a partir del segundo número Manifiesto comenzó a organizar sus peñas (llamadas "Manifiestas") donde se presentan los textos publicados en la revista y se abre mucho más a quien quiera participar desde su creación. La idea de estos espacios es sencillamente socializar y motivar colaboraciones y proyectos, y tributar así a la construcción de una comunidad.
Además de eso, en diciembre del año pasado logramos hacer una acción poética en el patio de la Facultad de Filosofía de la UH, donde participaron todas las personas que pasaron por allí, estudiantes, docentes y turistas incluidos. Fue un hecho bastante hermoso.
En cuanto a cómo lo hemos vivido... para quienes formamos el equipo de coordinación ha sido toda una escuela, y hemos aprendido e implementado mucho de lo que nos proponemos, aunque nos falte un montón para alcanzar nuestros objetivos.
Por otro lado, hemos sentido también la hostilidad de la institución en cada evento, y ello sin dudas nos ha ayudado a entender que de un modo u otro no lo hemos estado haciendo tan mal.
¿Nos podrías contar un poco más de esa hostilidad institucional que han tenido que enfrentar?
La hostilidad de la institución hacia Manifiesto se originó en nuestra primera peña, pero ya sospechábamos que podía suceder. Por una parte, estaba el antecedente de una revista anterior de la Facultad que no pudo salir por "asfixia institucional", y sabíamos que no ir por los "canales correspondientes" nos podría traer mucha atención. Y por otro lado, en Cuba todo proyecto con un mínimo de autonomía es inmediatamente controlado, imagínate en la universidad. Por supuesto, ese control se teje de diversas formas según quienes conforman el proyecto y las consecuencias que puede traer tal acción.
En nuestro caso, justo en el momento en que iniciábamos nuestra primera Manifiesta en un parque de la Facultad de Filosofía (contando solo con una guitarra, té, maní, y un puñado de poemas) apareció el Decano con el resto del equipo administrativo de la Facultad para expulsarnos de aquel sitio, pues no habíamos solicitado permiso y —así nos dijo:— nosotros no gobernábamos a la universidad, ella nos gobierna a nosotros.
La conclusión del evento fue feliz, pues acabamos haciendo una peregrinación desde el monumento a Julio Antonio Mella frente a la UH hasta un parque donde terminamos la peña.
Tiempo después sucedió que en la acción poética del árbol nos quitaron un cartel que nombraba a Manifiesto, con el pretexto de que nuestra revista no era oficial y que estábamos manipulando la acción (que nosotros mismos habíamos realizado). Y en la otra peña, cuando quisimos reeditar la peregrinación desde el monumento a Mella, una visita sorpresa de la Rectora de la universidad al aula de algunos de los coordinadores de Manifiesto nos hizo dar cuenta de que estaban observándonos.
Nada de esto ha escapado a nuestra consideración y denuncia, pero ya tenemos muy claro que en la universidad no nos quieren haciendo nuestras cosas. Sin embargo, el compromiso de Manifiesto con la comunidad universitaria nos obliga a seguir pensando qué modos de hacer existen para burlar el absurdo control de la institución y cumplir con el objetivo de generar un tejido allí donde el estudiantado aún no es capaz de gobernar a la universidad y hacer sentir sus inquietudes.
Con el surgimiento de la cuarentena por Covid-19 cómo han hecho para mantener activa la revista y la comunidad que han tejido?
Pues Manifiesto se ha obligado a replegarse hacia las redes sociales, y con muy malas condiciones. Al principio logramos sacar dos números más y hasta un podcast, pero nos agotamos nada más en eso.
Sin embargo, últimamente hemos asumido la situación de otro modo y hemos logrado publicar regularmente textos, y reciente activamos nuestro grupo en Telegram aprovechando sus herramientas para hacer cadáveres exquisitos, un juego de palabras para construir poemas. Lo cierto es que con esto también estamos tratando de lograr articular una comunidad que, de momento, aspira a reunirse una vez pasada la cuarentena, y eso lo interpretamos como un pequeño triunfo a pesar de la distancia.
Y aunque realmente quisiéramos hacer mucho más, ponerle la energía que hay a las cosas es más sano que sobrecargarse y luego abandonar los proyectos.
Hemos visto también que la revista ha logrado articulaciones con otras organizaciones culturales de la isla, cuéntanos un poco de eso
Primeramente sería bueno señalar que hablar en Cuba de articulaciones es bastante difícil, puesto que el tejido social ha quedado muy maltratado luego de tantas décadas ajustado al Estado. Ello entonces significa un reto al proponerle a las personas se unan sin la tutela oficial.
No obstante, lo hemos intentado y ha tenido buen provecho.
En relación a eso podemos hablar de la participación de varias amistades de un grupo que existe en San Antonio de los Baños, un pueblo a las afueras de La Habana con una gran tradición cultural y no menos combativa. A ellos también hemos tenido la oportunidad de apoyarles en sus acciones, y más recientemente ayudamos a difundir el primer número de su revista, llamada Almario.
También podríamos hablar de la Manifiesta realizada en La Marca, un estudio de tatuajes que también funciona como espacio físico para la promoción de distintos proyectos alternativos. Allí nos acogieron muy bien y nos encantaría volver a pasar.
Y especialmente tuvimos una conexión con el proyecto Parque horizontal, el cual nos impartió un Taller donde dialogamos y debatimos sobre las formas organizativas adecuadas para el activismo cultural que llevamos a cabo, insistiendo en la horizontalidad y la autonomía posible de nuestros espacios.
Más adelante nuestra perspectiva es seguir profundizando esos contactos y extenderlos lo más posible. Y dadas algunas conversaciones que han surgido en lo que va de cuarentena, sabemos que hay muchas ganas de que eso suceda, de que se puedan construir redes en el mundo alternativo que potencien mucho más nuestras acciones.
¿Tienen algunos planes a futuro como colectivo una vez que esta pandemia pase? (con la esperanza de que pase pronto).
En cuanto a planes futuros... lo primero es salir con vida de la pandemia.
Luego, tenemos muy pendiente una discusión más cercana sobre los próximos pasos del proyecto, más allá de los que hemos procurado (revivir el podcast, lanzar varios números especiales, realizar muchas Manifiestas).
Ya casi vamos para dos años, y aunque el periodo más activo ha sido en este último, tenemos insatisfacciones e incertidumbres dentro del grupo de coordinadores que debemos resolver para seguir adelante, sin olvidar tampoco el contacto con la comunidad que hemos ido fomentando —con la cual nos quedan muchas deudas que saldar también.
En fin, todo el lío que suele surgir cuando te propones llevar a cabo un proyecto que procura romper con lo tradicional y traer algo nuevo. Sabemos que no siempre estamos siendo originales, y que cometemos errores o no nos alcanzan las fuerzas, pero ahí vamos intentando echar palante.
Concluimos la entrevista anunciando que el 17 de diciembre lxs compañerxs harán otra Manifiesta.
Les compartimos parte del trabajo que han venido realizando lxs compañerxs de la Revista Creativa Manifiesto:
Ilustración: Cabra (Instagram: @cabra.93) |
También les invitamos a pasarse por sus redes, a conectarse con ellxs y a difundir el trabajo de esta maravillosa iniciativa y otras, que resisten con mucho arte, autonomía, amor, conciencia y guaguancó en Cuba!
FaceBook: https://www.facebook.com/ManifiestoZine/
Medium: https://medium.com/proyecto-manifiesto/
Bot en Telegram: https://t.me/manifiestobuzon_bot
No hay comentarios.:
Publicar un comentario